martes, 17 de marzo de 2020

4to. Turismo y Sociedad. Prof. Carbo Gabriela


Espacio curricular: Turismo y Sociedad    4to
Docente: Carbó Gabriela
Tema: Evolución Histórica del Turismo Mundial y de la Argentina.

Fecha de entrega: antes del miércoles 25 de marzo (hasta las 23.59 hs) por plataforma Classroom. 
Al final del documento hay un tutorial que explica la utilización de Classroom

Código para el uso de los alumnos de 4to año jskhpsp

Formato: a criterio del estudiante. Pueden hacerlo como cuadro sinóptico, como texto con ítems, etc.

Actividad: Realizar la síntesis de cada una de las etapas de la evolución histórica del Turismo (mundial y en Argentina). Utilizar ítems. Es una síntesis lo que se busca, no copiar textualmente de la información. Separar bien cada una de las etapas (y subetapas)

Utilizar la información que aparece a continuación. ACLARACIÓN… este texto NO está en el cuadernillo. Es decisión del estudiante imprimirlo o utilizarlo desde la computadora. Luego de corregidas las síntesis, éstas serán el material de estudio para una próxima evaluación.




Evolución histórica del turismo universal

Todas las épocas, todas las culturas, en las diferentes regiones del mundo, sintieron el deseo de desplazamiento a partir de diferentes necesidades. Así lo atestiguan un sinnúmero de antiguos relatos, los cuales mencionan que los hombres se desplazaban constantemente motivados por las peregrinaciones, la navegación, el comercio, el descubrimiento, la conquista y/o colonización o bien simplemente para contactarse con diferentes culturas, con la naturaleza, con “otras tierras”. Tal es el caso de los griegos, que realizaban viajes para asistir a celebraciones religiosas que se efectuaban junto a las competencias atléticas que dieron origen a las Olimpíadas. Por su parte, los romanos, durante el apogeo del Imperio, realizaban importantes desplazamientos de personas desde Roma hacia el campo y a sitios ubicados a la orilla del mar, así como también visitaban templos, asistían a festividades y aprovechaban los baños termales. Es decir que, aparentemente, desde el origen de la humanidad estuvo latente la necesidad de trasladarse con fines de placer y recreativos. Ante la inexistencia de hospedajes organizados, las alternativas que se utilizaban eran los templos y los monasterios. Con el tiempo fueron surgiendo las primeras y rudimentarias posadas y tabernas. A pesar de los antecedentes que se mencionan, es difícil referirse a esos desplazamientos bajo el concepto contemporáneo de viajes turísticos. Tal como plantea Acerenza (1995), “no es sino hasta el Renacimiento cuando se comienzan a emprender viajes por razones distintas a las que motivaban a los peregrinos y mercaderes”.
A partir del siglo XVI, y extendiéndose hasta mediados del siglo XIX, se establecen las bases del turismo moderno. Es durante ese período en que se comenzaron a desarrollar los primeros centros vacacionales y la organización de los viajes.
Etapa del pre turismo
Molina (2000) organiza de forma interesante, sencilla y sintética la evolución del turismo universal en las etapas, las cuales desarrollaremos a continuación. Tiene su origen en el siglo XVI y se extiende hasta el siglo XVIII. Encuentra su punto de partida en el denominado Gran Tour, cuando los jóvenes de la nobleza inglesa comenzaron a viajar por el continente europeo con el fin de complementar su formación, aunque en rigor se dedicaban más a los placeres y al buen vivir, obtener experiencia personal y a relacionarse con la cultura, el arte y la sociedad. Los viajes podían extenderse hasta un promedio de 3 años. En esta etapa también se comenzó a valorar las aguas termales, que comenzaron a ser tenidas en cuenta por sus propiedades curativas. Se desarrollaron complejos termales que adicionaban múltiples actividades con fines recreativos. Uno de los ejemplos más representativos de este período, fue el surgimiento de Bath (Inglaterra), como un elegante centro termal y de encuentro social. A fines del siglo XVIII se incorporó el disfrute de los baños de mar replicando el modelo termal, es decir la mezcla del aprovechamiento de las propiedades curativas con el placer y la diversión. El caso más emblemático fue el surgimiento de Brighton, Inglaterra que, de ser “una simple aldea de pescadores en 1760, llegó a ser, en la segunda mitad del siglo XVIII, el lugar más alegre y más de moda no sólo de Inglaterra, sino de toda Europa” (ACERENZA, 1995). Ciertamente esta fue una etapa elitista, ya que sólo accedían a los viajes de placer (en general de prolongadas estadías) las clases acomodadas.
Etapa del turismo industrial
Molina subdivide esta etapa en etapa del turismo industrial temprano, etapa del turismo industrial maduro y etapa del turismo pos industrial. A partir de mediados del siglo XIX se consideraron definidas todas las bases del turismo moderno y los beneficios socioeconómicos que éste produciría. El turismo industrial temprano se origina en el siglo XVIII y se extiende hasta los inicios de la segunda guerra mundial. Se caracterizó, como consecuencia de la revolución industrial, por una marcada transformación económica generando cierta movilidad social con el surgimiento de una incipiente clase media. De ese modo se incorporó al mercado a nuevos sectores de la sociedad que, en una primera etapa, produjeron un interesante crecimiento de las ciudades balnearias, incluso más que el que se dio en las industriales. Por otra parte, el transporte comenzó una importante evolución de la mano del ferrocarril, luego del automóvil y, al final de esta etapa, del avión, permitiendo dinamizar los desplazamientos. Surgieron los grandes complejos hoteleros, incluyendo las primeras cadenas, la agencia de viajes como intermediarias en las ventas, y es la etapa en que tiene una gran expansión el turismo de playa. La prosperidad económica y social, el desarrollo de las comunicaciones, el acceso y la disponibilidad del tiempo libre, el avance tecnológico, el desarrollo de equipamiento turístico –particularmente de alojamiento– y la paz reinante definen el gran impulso de la actividad. El turismo industrial maduro comienza una vez finalizada la segunda guerra mundial, a partir de la cual se desarrolla el turismo como imperativo social, dando origen al denominado turismo masivo y despertando el interés de la mayoría de los países. Las principales causas generadoras de la masificación son las reglamentaciones laborales que otorgan el derecho al descanso y al ocio y reconocen las vacaciones pagas que les permiten a los trabajadores el acceso al turismo, consolidándolo como un derecho adquirido por la sociedad, para que esta pueda desarrollar sus potencialidades para la expansión física, espiritual e intelectual. Es decir que el desarrollo del turismo está indefectiblemente ligado al concepto de tiempo libre. Sin embargo, hasta 1950 el turismo fue sobre todo una actividad nacional, con excepción de algunos viajes internacionales intra europeos. A su vez, un alto grado de responsabilidad de este considerable desarrollo de la actividad turística la tiene la fuerte y continua evolución tecnológica, la tendencia a la diversificación de los medios de transportes, la gran diversificación de la oferta de alojamientos, el surgimiento del concepto de producto turístico y la mejora en los canales de comercialización, con una importante participación de los organizadores de viajes (mayoristas y minoristas). A partir de esta etapa, la actividad turística deja de ser de corte europeo y estadounidense y es entendida, tanto por los gobiernos como por los inversores, como un importante negocio. Comenzaron a desarrollarse numerosos, nuevos y lejanos destinos –la mayoría de la mano del turismo de sol y playa–, incluyendo lugares exóticos y, dejando de lado el desarrollo del turismo espontáneo para dar origen a un turismo planificado. A los fines de reglamentar, impulsar, promover y mantener las corrientes turísticas hacia sus países e impulsar el turismo interno, la mayoría de los gobiernos comenzó a crear organismos especializados. El turismo posindustrial encuentra su punto de partida a partir de 1980, con el surgimiento de nuevas y marcadas transformaciones, como ser:
• La alta competitividad de los mercados. • El rápido desarrollo de nuevas tecnologías. • La necesidad de la diferenciación de los productos. • Una mayor segmentación de los mercados. • Una mayor importancia de los aspectos ambientales. • La búsqueda de una mejor calidad de vida en torno a un proyecto de vida sana son sus principales replanteos.
El turismo sol y playa comienza a perder clientes a favor de nuevas formas de turismo, en particular de la mano del turismo naturaleza y del turismo alternativo. Estas características sientan las bases y dan origen a una nueva forma de turismo, que Molina (2000) denominó la etapa posturística, la cual se desarrollaremos más adelante.

Evolución histórica del turismo en Argentina

Tratar de abordar la evolución del fenómeno turístico en la República Argentina implica tener en cuenta el contexto histórico universal, en particular la evolución del fenómeno turístico en los países que dieron origen a la actividad y, en consecuencia, los que a través del tiempo más aportaron para su desarrollo y crecimiento. La historia turística de la Argentina ha tenido tantas oscilaciones como la política nacional y sin lugar a dudas encuentra una estrecha relación con la problemática general del país. Para facilitar su comprensión es necesario que esa evolución se analice en las siguientes etapas: Prehispánica e Hispánica, Belle Epoque, Transición y Turismo Masivo.
Etapa Pre Hispánica e Hispánica
Cuando se intenta remontar a los orígenes de los antiguos pobladores de estas tierras –hoy pertenecientes a la República Argentina– e incursionar en los aspectos turísticos y recreativos, puede obtenerse poca información. Es sabido que los incas, constituidos en un gran imperio con la capital en la ciudad de Cuzco, Perú, llegaron a construir una red planificada de caminos distribuidos entre los actuales territorios de Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Los antecedentes históricos indican que ingresaban a la República Argentina por la Quebrada de Humahuaca, desde donde el camino se abría hacia Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, hasta Mendoza, por donde cruzaban la cordillera de los Andes a través del Valle de Quillota, al pie del Aconcagua. En esta larga travesía encontraron las aguas termales hoy denominadas Puente del Inca, que eran utilizadas por sus propiedades curativas y “mágicas”. Charles Darwin en su relato de travesía de la cordillera mencionó:
❘❚❚ “En varias partes de la misma he visto ruinas indias (...) en el paso de Uspallata,(...) en esas casas debía caber un gran número de personas,que si hemos de creer en la tradición se habrían construido para servir de lugares de descanso a los incas cuando atravesaban las montañas” (DARWIN,CHARLES, s/f). ❚❚❘
Es imprescindible aclarar que la principal motivación que los llevaba a realizar esos desplazamientos se debía a su espíritu de conquista que sin lugar a dudas mezclaban con la recreación, tal es el caso del disfrute de las aguas termales en Puente del Inca. En lo referente a los asentamientos humanos en el actual territorio argentino, poco se conoce sobre sus costumbres recreativas. Bien ilustra al respecto el siguiente párrafo de Schlüter:
❘❚❚ “Poco se sabe sobre la estructuración de las jornadas laborales y utilización del tiempo libre, aunque leyendas y restos arqueológicos indican frecuentes desplazamientos hacia fuentes de aguas termales. Yacu Rupaj o aguas calientes (actuales termas de Río Hondo) fueron las de mayor atractivo y poseían un carácter mágico y religioso.” (SCHLÜTER, 1990, p. 3) ❚❚❘
Al margen de esos aportes, debe rescatarse la herencia arqueológica que dejaron las diferentes culturas indígenas en varias regiones del territorio argentino y que actualmente son importantes atractivos turísticos. Nombremos aquí sólo algunos. Por un lado, tenemos la ciudad inca de Shincal, en la provincia de Catamarca, y que actualmente está en etapa de reconstrucción. Otro caso es el de la Cueva de las Manos, en la provincia de Santa Cruz, con pinturas rupestres, algunas de las cuales datan entre 9.500 y 7.000 A.C. Finalmente, mencionemos las ruinas de los Quilmes, en la provincia de Tucumán, o el Pucará de Tilcara, en la provincia de Jujuy. Cuando los españoles ingresaron a América del Sur con su intención básica de conquistar, colonizar y explotar económicamente estas tierras –en especial en la búsqueda de minerales– no disponían de tiempo para preocuparse por la realización de viajes de placer. Si bien realizaban permanentes desplazamientos, los mismos tenían una finalidad bien diferente de la turística. Hay que agregar que, con la excepción de los caminos construidos por los incas, no existía otra infraestructura en estas grandes extensiones, a excepción de algunas huellas definidas por el paso de personas y animales. Tampoco se podía hallar el equipamiento en términos hoteleros y alimenticios. Solo existían unas pocas y “miserables” postas (la de Yatasco, en el camino del Alto Perú; la de Villavicencio, en el camino a Santiago de Chile; etc.) ubicadas a lo largo de los principales caminos que permitían el recambio de animales, un poco de alimento y algún rincón para el descanso. Todos esos aspectos sin lugar a dudas dificultaban la posible idea de un desplazamiento por turismo. No obstante, según menciona Schlüter:
❘❚❚ “esto no impidió,la afluencia de viajeros europeos deseosos de conocer el nuevo mundo. Claro que sólo viajaban unos pocos hombres deseosos de aventura. Lo único que podía compensar al viajero de sus sacrificios voluntarios era el placer de ver regiones nuevas y servir a la ciencia y a su patria.” SCHLÜTER (l990,p. 3) ❚❚❘
Etapa de la Belle Epoque
Argentina alcanzó la independencia el 9 de julio de 1816 y, como menciona Chaunu (1994), “el plata quedó perdido para España”. A partir de esta fecha se inició el proceso de organización nacional y territorial y los sucesivos gobiernos demostraron la necesidad de integrar a la nación a través del desarrollo de medios de transporte, política que mucho más tarde favorecería el desarrollo turístico nacional. Una pretendida y breve síntesis de la evolución turística de esa etapa, que se extendió estimativamente hasta el año 1918, permite considerar diferentes aspectos. Por un lado, el desarrollo del transporte, en particular el ferrocarril de la mano de la fértil pampa húmeda, dio origen a un rápido enriquecimiento de la sociedad porteña, dueña de campos, iniciándose la denominada década del 80, la que se dio en llamar la Belle Epoque y que durará hasta la primera guerra mundial. En este sentido, importa rescatar el aporte que al respecto hace Luis Gregorich:
❘❚❚ “la oligarquía son los estancieros de la pampa húmeda, los terratenientes emprendedores –y a veces no tan emprendedores– del litoral, los clubmen y los viejos políticos conservadores que se creen con derecho natural de gobernar el país. Estos señores de galerita y guantes blancos con una permanente expresión de ironía y superioridad en su rostro, viven un poco en sus estancias y otro poco en los palacetes que se han construido en Buenos Aires. El estilo arquitectónico que les gusta más recuerda a Francia, pero también los hay italianizantes, hispánicos, anglófilos. La vajilla no es peor de la que usan los Rothschild en Londres y el Conde Boni de Castellane en París. Y los cuadros, los jardines, las estatuas... Proclaman ser los creadores de la riqueza Argentina, los administradores de su época de mayor crecimiento y prosperidad. Y es cierto que entre 1880 y 1916 el país registró un notable auge económico. Sólo que la oligarquía es la que se lleva las mayores ganancias.” (GREGORICH, 1983, p. 14) ❚❚❘
El mismo autor rescata las palabras de Silvina Ocampo, escritora y promotora de la cultura, perteneciente a la oligarquía argentina:
❘❚❚ “no saben bien si son europeos o argentinos. En Europa éramos exiliados argentinos y en Argentina éramos exiliados europeos...” (GREGORICH, 1983, p. 14) ❚❚❘
La nueva oligarquía comenzó, de la mano del poder económico, a saborear las virtudes del disfrute del tiempo libre. Originalmente se recluían en sus cascos de estancias, luego iniciaron el aspirado viaje a Europa, en donde absorbían el estilo de vida para luego imitarlo en el país. Surgió, entonces, la necesidad de crear una ciudad balnearia a imagen de las que por entonces existían en Europa. Esto dio origen a la ciudad de Mar del Plata (1874), al lujoso Hotel Bristol (1886) –cierra sus puertas en 1944– y a una sucesión de grandes inversiones con fines turísticos y recreativos en el país. Por entonces Mar del Plata se constituyó en la ciudad estival por excelencia. Su principal atractivo eran las propiedades curativas del mar. Las adineradas familias viajaban en tren y pasaban sus extensas vacaciones, las que promediaban los tres meses de verano, acompañadas incluso por el personal de servicio. Mar del Plata es, en ese período y como consecuencia de la inexistencia de leyes laborales que no permitía a los trabajadores el derecho a las vacaciones, la ciudad turística y recreativa exclusiva de la limitada clase alta porteña. Muchos de sus miembros construían sus propias residencias, con la finalidad de constituirla en segunda residencia; otros pernoctaban en los lujosos emprendimientos hoteleros. Además, se desarrollaba una vida social intensa que incluía cabalgatas, cacerías, concursos de tiro, regatas, tenis, golf, hipódromo, conciertos, etc. Poco más tarde se incorporarán, como otra alternativa, las Sierras de Córdoba debido a las propiedades curativas para las vías respiratorias del clima serrano. Poco a poco este destino se constituirá, con Villa Carlos Paz, como principal centro turístico, en el segundo destino del país. Entre otros aspectos destacables de esta etapa, pueden incluirse los siguientes: la inauguración de un sinnúmero de importantes hoteles (en 1854, el elegante Hotel Provence; en 1855, el Hotel París; en 1856, el Hotel Labastié; en 1857, el Hotel Roma; en 1909, el Hotel Plaza), todos ubicados en el actual centro porteño.
Don Ernesto Tornquist construyó en 1909 el hotel más suntuoso, más tradicional y de estilo europeo de la ciudad de Buenos Aires, que se convirtió en el primer hotel de lujo de la ciudad: el Plaza Hotel, en la tradicional Plaza San Martín. A partir de 1994 pasó a formar parte de la cadena Marriot International. No obstante, hasta el día de hoy sigue perteneciendo a sus antiguos dueños y mantiene su tradicional y elegante estilo clásico y señorial, con algunas adecuaciones a los tiempos contemporáneos.
El interior del país también se caracterizó por desarrollar elegantes proyectos hoteleros: el lujoso Hotel Edén, inaugurado en 1897 en La Falda, Córdoba; en 1906, el elegante Tigre Hotel; 1913, la ciudad de Invierno, en Empedrado, Corrientes; Hotel Termas de Cacheuta y Puente del Inca (1918), ambos con propiedades termales.
El Hotel Edén, fue constituido en un centro de rehabilitación y dio origen a la localidad de la Falda, en las sierras de Córdoba. Incluía mobiliario, vajilla, mantelería, cristalería, platería, estatuas, alfombras, pinturas y pianos de estilo Art Nouveau traídos de Europa. Poseía campo de golf, anfiteatro y se elaboraban, para el disfrute de los más exquisitos huéspedes, productos de granja de propiedad del mismo hotel. Se contó entre los distinguidos pasajeros a los presidentes Julio A. Roca y Figueroa Alcorta y muchas otras personalidades internacionales. En la actualidad, aunque fue declarado Monumento Histórico Municipal, no goza de la opulencia de sus orígenes y está en aparente ruina.
En 1913 se inauguró en Empedrado (Corrientes) frente al río Paraná la denominada “ciudad de invierno”, complejo hotelero de influencia totalmente europea, al cual se trasladaban las familias de la clase alta para no “padecer” el invierno porteño. La ciudad reemplazó por un corto período los viajes a Asunción del Paraguay, donde hasta entonces se pasaba el invierno. La obra incluía hasta su acceso, el desvío del ferrocarril Urquiza, muebles parisinos, materiales importados, casino, hipódromo, criquet, tenis, etc. La majestuosa ciudad duró tan solo 3 meses, luego es dinamitada. Los muebles fueron rematados y las tierras loteadas. El emprendimiento fracasó, entre otras causas, por el declive que produjo la primera guerra mundial que afectó la economía nacional y también por desacuerdos internos de los propietarios. Otra importante obra y representativa de este período fue el Club Sierras de la Ventana, considerado en su época el más lujoso de América del Sur, construido por el ferrocarril del Sud (1911), con acceso a través de un tren a vapor con una trocha de 0,75 cm. Una publicación de la Municipalidad de Tornquist (1996) menciona que:
❘❚❚ “la disposición del plano del hotel es muy sencilla. Todas las habitaciones reciben luz y aire directamente del exterior, y el edificio, situado en medio de un parque participa de los estilos francés –inglés, forma un cuerpo prolongado de cuyos extremos parten, formando un ángulo recto dos salas que encierran un amplio jardín preparado para los juegos al aire libre (...) Las habitaciones (173 en total) tienen ventanas todas ellas, de modo que todos los pasajeros pueden desde sus cuartos, contemplar el panorama admirable de la montaña. Cada una de las salas del edificio es de ancho simple con puertas y ventanas en ambos lados y orientados en la dirección de los vientos reinantes en la localidad con mayor frecuencia, a fin de que se pueda gozar de la vista del paisaje sin que, para ello, se requerirá el artificio de galerías de cristales contra el viento,es cierto,pero interceptoras del aire y de la luz” (Municipalidad de Tornquist. Historias del Partido, Ex Club Hotel, 1996, Nº 1, 3ª edición, Buenos Aires). ❚❚❘
El establecimiento poseía un área de 126 hectáreas totalmente parquizadas, cancha de golf, de fútbol, de tenis, hipismo, piletas de natación, excursiones organizadas y mucho más. Este complejo, que estaba destinado a encuentros de grupos particulares de la alta sociedad, tuvo una corta vida: tan solo 6 años. Luego de interminables vaivenes históricos, entre los que se incluyen etapas de decadencia y despojo –saqueo de muebles, vajillas y elementos de ornamentación incluidos– fue destruido definitivamente por un incendio, de origen incierto, en 1983.
En 1857 se inaugura el primer ferrocarril del país con un recorrido de apenas 10 km. entre la actual Plaza Lavalle y el barrio de Floresta bautizado con el nombre de La Porteña. Esa pequeña extensión fue el punto de partida del posterior crecimiento ferroviario que llegó a alcanzar en el año 1955 los 44.000 km., aunque con el tiempo decrecería. Con el trazado del ferrocarril, se inició la construcción de elegantes hoteles, los que impulsaron el desarrollo de nuevos centros turísticos, administrados por la Compañía Sud América. Así surgen establecimientos hoteleros en Rosario de la Frontera (Salta), Termas de Reyes (Jujuy), Yacanto (Córdoba), Hotel Sierras (Sierra de la Ventana, Buenos Aires), entre otros.
La inauguración en 1865 del servicio ferroviario a Tigre (provincia de Buenos Aires) trajo aparejado, en un futuro mediato, la creación de un elitista centro de recreación de los porteños, quienes comenzaron a construir clubes, casas y hoteles en la ciudad de Tigre y Delta. En 1903, Francisco P. Moreno resolvió donar al gobierno nacional una extensión de tierra de su propiedad, con la condición de que en ellas se creara un parque nacional. La donación fue aceptada por el presidente J. A. Roca y se creó el Primer Parque Nacional del país, que en un principio se llamo Parque Nacional del Sur. Este fue el origen de la creación, con el transcurrir de las décadas, de una cantidad de nuevas áreas protegidas que se detallarán en la Unidad 5 de esta Carpeta de Trabajo. En 1904 se fundó el Automóvil Club Argentino (A.C.A.), que brindó gran apoyo a la actividad turística: aportó la primera hotelería en regiones alejadas y contribuyó, en sus orígenes, al mejoramiento vial, señalamiento y construcción de estaciones de servicio. En 1905 se creó la Asociación de Hoteles, restaurantes, confiterías y cafés de Buenos Aires (H.R.C.C.) y en 1910 ya funcionaban en Buenos Aires, ofreciendo servicios como agencias de viajes, las empresas Wagon Lits/Cook, Casa Diaz, Puente Hermanos y Exprinter, entre otras.
Etapa de transición
Puede estimarse que esta etapa se extendió desde la finalización de la Belle Epoque hasta el año 1945. De este período se pueden rescatar algunos acontecimientos, aportes y acontecimientos. En 1928 el Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, anticipó la ley de jubilaciones, la reglamentación de la jornada laboral y trató de “humanizar” las condiciones de trabajo, aunque en su intento fue derrocado. A pesar de ello se inició una incipiente movilidad de clases, la que se acentuará tiempo más tarde y permitirá poco a poco la incorporación de nuevos sectores sociales al quehacer turístico. Esta situación se vio afectada cuando en 1929 el mundo capitalista estalla con la caída de la bolsa de valores de Wall Street (conocida como “el jueves negro de wall street”), que provocó en todo el mundo la crisis económica de la década del 30. En EE.UU. quebraron los principales bancos, industrias, agricultura e inclusive hoteles, y se generó un gran aumento del desempleo. Argentina, en particular Buenos Aires, también se vio afectada por esa crisis internacional: los precios internacionales de la carne y el cereal bajaron drásticamente, las inversiones extranjeras se retrajeron y surgieron en el país gravísimos problemas económicos con la consecuente baja de los salarios y despidos masivos de los trabajadores. La crisis alcanzó a todas las clases sociales pero empobreciendo más a unos que a otros. Se produjo la falta de alimentos y proliferaron las enfermedades respiratorias que por entonces eran muy difíciles de curar, situación que impulsó el turismo serrano por considerar el clima de la zona como propicio para remediar de este tipo de enfermedades. A pesar de esa situación imperante, entre otros aportes relevantes de esta etapa pueden incluirse: la creación del Club Andino Bariloche (1931); de la Dirección Nacional de Vialidad (1932), que impulsó el desarrollo vial; la apertura del elegante Alvear Palace Hotel (1932); a partir de la década del 30, el impulso del desarrollo de la ciudad de San Carlos de Bariloche, con la construcción del centro cívico, el fomento del turismo de ski, la promoción de la caza y la pesca deportiva y la iniciación de la navegación con fines turísticos en el lago Nahuel Huapi; en 1938 se inauguró en esa ciudad el importante Hotel Llao Llao, en Mar del Plata el hotel Provincial (1941) y el hotel Termas de Villavicencio, en Mendoza. Tiene origen también, con el impulso de Termas de Río Hondo, Santiago del Estero, el desarrollo del turismo termal.
El Alvear Palace Hotel fue inaugurado en el año 1932 y se constituyó en un verdadero palacio de estilo Luis XVI. Fue construido con materiales importados directamente de Francia y llegó a ser, en su época, uno de los edificios más tradicionales de la ciudad, convirtiéndose en centro de reuniones de la alta sociedad del país. Más tarde fue alcanzado por un período de decadencia, hasta que en el año 1990 es completamente renovado respetando su estilo original. Actualmente se encuentra, una vez más, entre los mejores del país y del mundo. Incorporó nuevas innovaciones aunque respetando su estilo original y se mantiene como un hotel independiente, no habiendo adherido a ninguna cadena internacional como sí lo hicieron otros importantes hoteles de Argentina.
En 1934 se creó la Dirección de Parques Nacionales, se promulgó la primera Ley de Parques Nacionales N° 12.103/34 y se crearon los primeros luego del Nahuel Huapi. En el mismo período se incentivó, a partir del parque nacional, el desarrollo turístico de Puerto Iguazú. Se creó la Flota Mercante del Estado (1941) que realizó transportes de cargas y pasajeros efectuando viajes de ultramar entre Argentina y Europa. En 196l se fusionó con otras empresas existentes y dando origen a ELMA, empresa que incursionó con el barco Libertad en los viajes crucerísticos hacia la Antártida, pero por poco tiempo (se incendió en el año 1972). En 1944, Juan D. Perón, asumió como Vicepresidente y Secretario de Trabajo de la Nación. Creó el Instituto Nacional de Previsión Social, puso en marcha el programa de seguridad social, vivienda y salud y aprobó el estatuto del peón de campo, siendo estos los primeros pasos para la posterior sanción de la ley nacional de trabajo. Ya por entonces Eva Perón comenzó a colaborar en la política social.
Etapa del turismo masivo
Esta etapa tiene su origen en 1946, con la asunción de J. D Perón a la Presidencia del país, desde la cual continuará acentuando la política de desarrollo social iniciada desde la Secretaria de Trabajo y Previsión. Su meta fue elevar la situación social y económica de la población más necesitada. Creó el Instituto Nacional de Remuneraciones, organismo que implantó el salario mínimo, vital y móvil que debía garantizar al empleado y a su familia, alimentación, vivienda, educación, asistencia sanitaria, movilidad, previsión, vacaciones y recreación (art. N°18-dec. 33.302/45). Se implementó el S.A.C. –Sueldo Anual Complementario–, del cual se recaudaba el 3 % a los fines del turismo social.
Por otra parte, Perón impulsó la práctica de deportes en niños y jóvenes, reglamentó la jornada laboral de 8 horas y el acceso a las vacaciones pagas. Incentivó el sindicalismo, el que, integrado al gobierno, inició la construcción de hoteles destinados al turismo de los trabajadores. En 1950 se creó la Fundación Eva Perón, que pasó a administrar los fondos recaudados para el turismo social, hasta entonces administrados por el Instituto Nacional de Remuneraciones. Se construyó en La Plata La Ciudad de los Niños; en Ezeiza, las Colonias de Vacaciones y las Unidades Turísticas de Embalse en Río Tercero (Córdoba); Chapadmalal (Mar del Plata), y grandes complejos de alojamiento masivo, cuyos primeros destinatarios fueron los obreros, jubilados, pensionados, estudiantes y niños. Como consecuencia de la política adoptada, se inició una creciente movilidad social que dio por resultado a los llamados, por algunos autores, “nuevos ricos”, quienes rápidamente “copian” las formas de recreación y del turismo de la clase alta. Es entonces que la oligarquía comenzó a desplazarse de los destinos turísticos habituales y estos pasan a ser ocupados por los nuevos destinatarios del turismo, la clase trabajadora dando origen al turismo social, al movimiento del turismo popular y, como un todo, a la etapa del turismo masivo, también reconocida como la democratización del turismo, etapa esta que puede considerarse vigente hasta nuestros días. Resta aclarar que hablar de democratización del turismo no implica interpretar que la totalidad de la población acceda a él. Basta analizar las ultimas estadísticas publicadas por el organismo oficial de turismo para verificar que estimativamente muy por debajo del 40 % de los argentinos accede de una u otra forma al ejercicio del turismo. Por lo tanto, aún en los principios del siglo XXI, el ejercicio del turismo está al alcance de las clases altas y medias, quedando las bajas –una franja representativa de población– privada de esta posibilidad, con la sola excepción de aquellos pocos que acceden a través del turismo social y, en algunos casos, del turismo subvencionado. Como consecuencia de la incipiente masificación del turismo, se constituyen como nuevos destinos de las clases más acomodadas Punta Mogotes, en Mar del Plata, más tarde Pinamar y Cariló (década del 60) y Punta del Este, en Uruguay. Los destinos de preferencia del turismo popular y social son Mar del Plata, con la playa Bristol, y las sierras de Córdoba, donde en una primera etapa se continúa desarrollando el turismo de tipo residencial basado en el alquiler de viviendas o viviendas de propiedad y en una segunda etapa, a partir de la década del 60, también comenzó a sumarse el turismo de tipo itinerante. Además, entre otros importantes cambios sucedidos hasta la década de los 70, pueden incluirse los aportes normativos, los organizacionales, los formativos, la evolución de la oferta y la demanda incluyendo la oferta de transportes, alojamientos, destinos y productos.
Aportes normativos
Con referencia a los aportes normativos, en 1958 el gobierno de Arturo Frondizi promulgó la primera Ley Nacional de Turismo N° 14.574, modificada en el año 1987 y vigente –aunque con aspiración de cambios–. En 1968 se promulgó la ley N° 17.752 y dec. regl. 3.09l/68 de promoción hotelera destinada a la construcción de establecimientos hoteleros. Fue modificada por la ley 19.949/72 y su dec. regl. 7.951/72. En 1970 se sanciona también la Ley N° 18.829 de Agentes de viajes (vigente con algunas modificaciones: dec. 2l82/72 y otras resol.) y en 1972 se promulgó la Ley N° 18.828 de política hotelera.
Aportes organizacionales
Entre los aportes organizacionales más importantes se cuentan la creación en 1959 de la A.A.A.V.y.T. (Asociación Argentina de Agentes de Viajes y Turismo); la A.A.A.J. (Asociación Argentina de Albergues de la Juventud), en 1958; en 1966 la Cámara Argentina de Turismo (C.A.T.) y en 1982, el Consejo Federal de Turismo integrado por los directores de turismo de cada provincia, por el organismo nacional de turismo y por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Formación profesional
Referente a la formación profesional, a principios de la década del 70 las universidades comenzaron a dictar las primeras carreras de formación turística tendiendo a resolver el problema de falta de capacitación en ese ámbito. Con posterioridad se sumaron un sinnúmero de institutos terciarios en todo el país y la formación hotelero-gastronómica.
La evolución de la oferta y la demanda
Durante los primeros años de la década del 60, el gobierno de Frondizi permitió una estabilidad económica transitoria, fomentó la industria nacional que permitió una mejora en la calidad de vida de la población. Esta situación llevó al país a ocupar el primer lugar en movimientos turísticos de Latinoamérica. Por su parte, los jóvenes comenzaron a viajar solos, imponiendo nuevos destinos y generando un nuevo tipo de turismo: el campamentismo. Este es el ejemplo de la ciudad de Villa Gesell, que por entonces se la conoció como la “capital del ruido”. También tuvo un fuerte incentivo, con la utilización del auto particular, el turismo itinerante. Se desarrollaron y/o crecieron nuevos centros turísticos, en particular en la costa Atlántica, aunque algunos fueron fundados con anterioridad. San Clemente (fundada en la década del 30), Mar de Ajó (década del 30), Santa Teresita (década del 40), San Bernardo (década del 40), Monte Hermoso (década del 40), al igual que Mar del Tuyú y Las Toninas (década del 60). Se dio un fuerte desarrollo al turismo termal con el impulso del centro turístico de Río Hondo (Santiago del Estero) y Copahue (Neuquén). En 1969, la provincia de Chubut inició el programa de Conservación de la fauna marina, que consolidó como destino turístico a la Península de Valdés. En la misma década surgieron como nuevos destinos los balnearios Las Grutas y El Cóndor, cercanos a San Antonio y Viedma en Río Negro. A partir de esta década se fueron creando o mejorando nuevos centros de ski en Ushuaia (Le Martial, Las Cotorras, Valle de los Huskies, Tierra Mayor); Río Turbio en Santa Cruz; La Hoya en Esquel, Cerro Bayo en Villa la Angostura, Chapelco en San Martín de los Andes; Parque Caviahue en Neuquén; Penitentes, Vallecitos y Los Molles en Mendoza. De este modo se pudo constituir una variada oferta en calidad de nieve, pistas, equipos y precios. Los 70 fueron, sin duda, de gran relevancia para el desarrollo del turismo de ski.
Un evento a la vez trascendente y controvertido fue, en 1978, la realización del Mundial de fútbol. El encuentro se llevó a cabo en Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario, Córdoba y Mendoza. A tal fin se realizaron importantes obras de infraestructura de acceso a las ciudades. Se remodelaron los aeropuertos de Ezeiza, Aeroparque, Córdoba, Mar del Plata y Mendoza. Se construyó hotelería incentivada por líneas de crédito. A pesar de lo aportado, desde el punto de vista turístico el Mundial de fútbol no fue un éxito debido a las condiciones políticas imperantes. Paralelamente, el turismo emisor crecía. A tal efecto la transcripción parcial de la nota editorial del diario El Mensajero Turístico aporta lo siguiente:
❘❚❚ “El nombre de Martínez de Hoz sigue siendo tristemente familiar para todos. Sus medidas económicas determinaron un violento cambio de rumbo en el negocio turístico. Muchas agencias surgieron en torno a las casas de cambio que por docenas abarrotaron la ciudad,y era lógico,poco a poco el turismo se transformó de una actividad de servicios a una de especulación financiera y todo giraba en torno a ella. La edad del ‘deme dos’ y la época de oro del plazo fijo crearon la cultura de la especulación. El dinero abundaba en la clase media y el pasajero llegaba por su cuenta. ¿Para que ir a buscarlo?.” (El Mensajero Turístico, 27-3-96) ❚❚❘
A fines de los 70, como consecuencia de la situación económica descripta se intensificaron los viajes de la clase media argentina al exterior con preferencia hacia Miami, Brasil, Sud África y Europa. Era la época de “la plata dulce”, que a partir de 1982 declina por las nuevas políticas económicas implementadas. A partir de aquí continúan viajando quienes tienen mayor poder adquisitivo y sigue manteniéndose el flujo regional hacia Uruguay, Sur de Brasil y zona de playas en Chile. En 1979 se puso en marcha el operativo de la Frontera Austral (Tierra del Fuego y Santa Cruz) cuya propuesta era el uso, durante la mayor parte del año, de los atractivos turísticos de Los Glaciares y Canales Fueguinos. Como resultado de esta acción se consagró, según indica Torrejón (1994), “una estabilidad casi industrial para El Calafate y Ushuaia”. En términos de política de transportes, la inauguración del aeropuerto Jorge Newbery (1948) permitió mejorar y ampliar los vuelos al interior del país y el aeropuerto Ministro Pistarini, Ezeiza (1949), facilitó las comunicaciones internacionales. Comenzó también la mejora en la red vial Argentina y la construcción de obras viales, incluyendo puentes y túneles de integración tanto nacional como internacional. Un hito histórico fue la inauguración en 1980 de la ruta transpolar que permitió conectar Buenos Aires con la ciudad de Sydney, Australia. Se iniciaron los primeros cruceros a la Antártida e islas Malvinas. Se realizaban en barcos de banderas extranjeras, salvo aquellos que se operaron hasta l976 por la empresa nacional ELMA. En 1980, se inauguró, en la ciudad de Buenos Aires, la terminal de ómnibus de Retiro cuya finalidad fue concentrar la totalidad de los arribos y partidas de servicios desde y hacia el interior del país y países cercanos. A los anteriores aportes debe sumarse la inauguración de una importante cantidad de alojamientos de diferentes clasificaciones y categorizaciones tanto en la ciudad de Buenos Aires como en los principales destinos turísticos del interior.
De los 80 al siglo XXI
A partir de los 80, el gran cambio de la actividad turística fue el impulso que tomó el ecoturismo o turismo basado en el disfrute y respeto de la naturaleza. Su desarrollo se acentuó aun más en la década del 90, asociado muchas veces con otras formas alternativas del turismo. Estas nuevas modalidades de viaje comenzaron a favorecer el desarrollo de zonas turísticas poco tenidas en cuenta hasta ese momento.
Como ejemplos de nuevas formas de turismo, vale la pena mencionar dos emprendimientos turísticos que responden a la modalidad alternativa. El primero es el Parque Paleontológico Bryn Gwyn, ubicado a pocos kilómetros de la localidad de Gaiman (Chubut). El parque es el primero en su tipo en América Latina y fue concebido como una exhibición natural de la riqueza paleontológica de Patagonia, ofreciendo la posibilidad de experimentar con materiales fósiles en relación con la integración paisajística natural, funcionando de esta manera como complemento de los museos. El segundo emprendimiento, también patagónico, ubicado en la localidad de Sierra Grande (Río Negro), consiste en la posibilidad de visitar las minas de hierro que hoy se encuentran improductivas. Consecuencia de esto es que los habitantes pusieron manos a la obra para desarrollar un producto turístico a través del cual el visitante puede recorrer las profundidades de la mina, apreciando las técnicas de sostenimiento utilizadas en la minería, reconocer los sectores ya explotados y visitar el insólito museo minero que se encuentra bajo tierra. Estos dos ejemplos derivan en la posibilidad de generar día a día nuevas alternativas allí donde en otras épocas o tan sólo unos años atrás, no era posible.
A partir de esta década surgen nuevos destinos y productos turísticos. En 1983 se inauguró el centro integral de ski Las Leñas (Mendoza), de nivel internacional. En 1985 se fundó Villa El Chaltén (Santa Cruz). Este pequeño poblado, que concentra unos 500 habitantes, por la variedad y calidad del paisaje en que se encuentra ubicado resulta un lugar propicio para el desarrollo del ecoturismo y el turismo de aventura. Muy cerca se hallan los cerros Torre y Fitz Roy, ambos muy reconocidos por los andinistas de todo el mundo, así también como Lago del Desierto. La villa es también la puerta de entrada a los Hielos Continentales Patagónicos y es conocida como la Capital Nacional del Trekking. En 1986 la provincia de Neuquén realizó un plan de desarrollo turístico de Copahue-Caviahue. El primero destinado al turismo termal de salud y el segundo al turismo de ski alpino y de fondo en invierno, y como actividad complementaria durante el verano, la realización de excursiones hacia los atractivos naturales. En 1998, Ushuaia incorporó a los ya existentes centros de ski de fondo, un nuevo centro de ski alpino llamado Monte Castor. En el 2000 se inauguró el Parque de Nieve Batea Mahuida (Neuquén), el primer centro de ski bajo la propiedad y explotación de la comunidad indígena Mapuche. Dicha comunidad recibió, para contribuir con su desarrollo, el aporte económico del gobierno provincial. Este es el primer ejemplo, de impulsar el desarrollo socioeconómico de las diversas comunidades indígenas que existen distribuidas por todo el país.
A partir de la década del 90 el país ingresó, con la promulgación de la Ley de Reforma del Estado N° 23.696, a una política de corte neoliberal y a una serie de reformas que comprendió a las empresas y bienes del Estado, quedando la mayoría de ellas sujeto a privatizaciones. Esta reforma permitió, por ejemplo, la concesión a manos privadas del hotel Llao Llao; la desregulación trajo la creación e incorporación de nuevas compañías aéreas que, en una primera etapa, ampliaron los vuelos de cabotaje aunque luego la mayoría fue quebrando. Se incorporaron un sinnúmero de nuevas compañías aéreas internacionales que facilitaron las comunicaciones con el país, incluyendo servicios directos –hasta entonces inexistentes– a Sudáfrica,Asia Pacífico y Centro América. Se inició el programa de reconversión vial para el mejoramiento de la red vial troncal bajo la modalidad de adjudicación por el sistema de peajes que comprendió el 35,7% del total de la red troncal, mejorando muchos tramos que ofrecen accesibilidad a importantes centros turísticos del país. En 1998 fueron concesionados un grupo de más de 30 aeropuertos. La actividad crucerística tuvo un fuerte incremento, en particular con la utilización de los puertos de Buenos Aires y Ushuaia, alcanzando éste último un posicionamiento estratégico para los cruceros con destino a la Antártida. Este crecimiento llevó a que en el 2001 se inaugurara en la ciudad de Buenos Aires la terminal crucerística Quinquela Martín. Con referencia al desempeño laboral del sector, según informes difundidos por la Secretaría de Turismo de la Nación, para el año 2000 la actividad había generado un total de 450.000 puestos directos, mientras que el total –incluyendo los puestos directos y los indirectos– había alcanzado a 1.450.000 personas. A partir de la década del 90 el alojamiento también tuvo un fuerte impulso. En la ciudad de Buenos Aires se inauguraron con categoría cinco estrellas el Caesar Park, Park Hyatt (desde el 2001 Four Season), Sofitel (2002), Hilton (2000) Intercontinental. Sheraton Hotel amplió su capacidad e inauguró un nuevo establecimiento en Pilar. El Hotel Plaza pasó a integrar el grupo Marriott International (Marriott Plaza Hotel) y el Hotel Panamericano la cadena Crowne Plaza Interrnational. Se inauguraron, además, hoteles de menor categoría de las cadenas americanas Howard Johnson,Amerian,Days Inn y las cadenas españolas Melía y NH, entre otras, muchos posicionados como establecimientos cuatro estrellas superior y destinados al segmento ejecutivo. Por otra parte,se llevaron adelante importantes inversiones en ampliación,remodelación y construcción de hoteles de menos de 5 estrellas. El interior del país también se vio favorecido con la inauguración de nuevos establecimientos. Con la finalidad de incentivar la realización de eventos, se inauguraron algunos centros de congresos y convenciones, como los salones construidos por los hoteles de 4 y 5 estrellas, el Centro Costa Salguero, y la Sociedad Rural Argentina. La comercialización acentuó la venta de los ITC (Inclusive Tour Charter) hacia destinos de moda, preferentemente relacionados con la playa, dentro de los que se incluían Brasil y el Caribe. En 1992, ingresó al país el primer Sistema Computarizado de Reservas AMADEUS que facilito la comercialización de la actividad. Más tarde se sumaron SABRE, GALILEO y Wordspan. Entre los aportes normativos se rescata la promulgación en el año 1980 de la vigente Ley de Parques Nacionales N° 22.351. En 1992 se promulgó la Ley de Convertibilidad. La misma preveía el compromiso gubernamental de cambiar (convertir) 1 $ por 1 U$S y prohibía el ajuste inflacionario en cualquier tipo de contrato a los fines de lograr una estabilidad económica. Su finalidad fue la de captar inversores extranjeros, entre ellos los correspondientes al rubro turismo. Sin embargo la captación del turismo receptivo, al igual que la del turismo interno, se vio afectada por los altos precios vigentes en el país. En el caso del turismo interno la afectación se debió a que un porcentaje importante de nacionales viajó al extranjero, perjudicando el desarrollo del turismo nacional. Con la ley N°25.561/02 de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario, se puso fin a la igualdad 1 $ 1 US$, que permitía proyectar mejores condiciones para el desarrollo del turismo. En 1992 mediante la Resol. N° 763 se creó, por disposición de la Secretaría de Turismo de la Nación, el Registro de Idóneos en Turismo. Como sede administrativa del Registro de Idóneos en Turismo se definió a la A.A.A.V.y.T. (Asociación Argentina de Agentes de Viajes y Turismo). El 10 de diciembre de 1999 se promulgó la Ley Nº 25.198, por la cual se declara de interés nacional al turismo como actividad socioeconómica. El artículo 3º dice:
❘❚❚ “el Estado proveerá al fomento, desarrollo, investigación, promoción, difusión, preservación y control de la actividad turística en todo el territorio de la República Argentina, otorgando beneficios impositivos, tributarios y crediticios similares a los de la actividad industrial”. ❚❚❘
En 1995 entró en funcionamiento el Mercado Común del Sur –MERCOSUR–. Anteriormente se creó, en el marco de ese organismo, la Comisión Especializada en Turismo cuya finalidad es impulsar el desarrollo turístico conjuntamente con los países que lo integran.

El posturismo (vale tanto para Argentina como para el resto del mundo)
Para abordar este contemporáneo punto de vista, es importante debemos tener en cuenta las expresiones de Molina, precursor de este nuevo concepto, quien indica que: ❘❚❚ “como resultado del desarrollo tecnológico y del advenimiento de una sociedad poscapitalista, se nos plantea la necesidad de conocer la nueva realidad que ha comenzado a estructurarse” (MOLINA, 2000). ❚❚❘
El autor reconoce que el mundo ha entrado en una gran etapa de cambios y que, desde luego, la actividad turística no escapa a ellos; muy por el contrario: es la actividad que seguramente permitió a la humanidad anticiparse a esos cambios. Molina entiende que actualmente se está transitando una nueva etapa que él dio en denominar acertadamente como el posturismo. Esta etapa no es simplemente la suma de las anteriores, sino que plantea una ruptura con las formas anteriores de turismo –las llamadas formas tradicionales–. Es decir, se produce un cambio de 180°. Hay que poner fin a las formas tradicionales, dejar de repetir las viejas para pensar en nuevas alternativas. Debe entenderse entonces que el posturismo se constituye en un nuevo modelo y, tal como lo indica el citado autor, requiere de un nuevo paradigma (valores, metodologías y técnicas.) En definitiva, el posturismo se constituye en una nueva alternativa, en una opción para las sociedades que buscan nuevos sentidos, nuevas experiencias y retos.
Características fundamentales
Las características fundamentales de la etapa posturística pueden sintetizarse del siguiente modo:
• Representa una transformación radical respecto de las anteriores etapas. • Nulo o mínimo contacto con la población local. Este es el caso de los productos resort, cruceros, parques temáticos u otros que tienden a aislar al turista de la realidad local. • Uso intensivo de la información que se constituye en clave. Es un recurso estratégico tanto para el análisis del mercado, de la competencia, tendencias, demanda, etc. • Gran sentido lúdico. Es un turista activo, más participativo, que requiere de diversión y entretenimiento permanente. • Se puede desarrollar en áreas súperdelimitadas. Éstas garantizan mayor seguridad y mayores experiencias –por la concentración de actividades en espacio reducido–, en menor tiempo. • Menor condicionamiento, por el avance tecnológico que permite crear productos artificiales para el desarrollo a partir de la posesión de los recursos naturales o culturales. • Más empresas virtuales. Día a día crecen las agencias virtuales, las páginas web y la posibilidad de compra a través de Internet tanto de las compañías aéreas, rent a car, cruceros, destinos turísticos, agencias de viajes u otros. • Personal hipercalificado con multicapacidades. Este personal no hace lo que puede hacer la tecnología, es quien humaniza la actividad. Las multicapacidades significan que dentro de una empresa cada uno entiende de cada una de las actividades que la integran y, en caso de ser necesario, podrá desempeñarlas.
• Organismos de gobiernos capacitados técnicamente. Trabajar con proyectos en forma conjunta con el inversor y la comunidad. Dejar de lado la burocracia y la separación de los poderes público-privado. • Mayor segmentación por estilos de vida. No tanta importancia a la segmentación socioeconómica; y más importancia en el tipo de actividades que quieren realizar los turistas. • Seguimiento permanente de proyectos. Esto significa que si la demanda cambia permanentemente, la actividad también debe hacerlo.
Molina plantea que “el éxito no esta garantizado por lo que se tiene, sino por lo que se hace con lo que se tiene”. Esto es, pueden existir destinos turísticos que tienen grandes atractivos pero que, si no se aplica una efectiva alternativa de desarrollo y gestión, no servirán de mucho en el momento de competir en el mercado. Es interesante resaltar que, si bien se está iniciando el tránsito de esta nueva etapa, no se dejan de lado las anteriores. En todo caso, se trata de una sumatoria de experiencias: seguirán existiendo los destinos y productos tradicionales, pero estos pueden o deben sufrir adaptaciones, y se sumarán a las nuevas alternativas.
Retos del posturismo para América Latina
¿Porqué diferenciar para este análisis a América Latina del resto de las regiones del mundo?. Porque es una vasta región muy rica en diversidades histórico culturales y naturales, con una identidad que le es propia, inmersa en importantes condiciones de subdesarrollo. No debería pretender competir con algunas características del posturismo de los países desarrollados sino que debería sacar provecho de sus características, tendientes a diferenciarse para de ese modo valorar otros aspectos que le son propios. La región de América Latina, que cuenta con menos recursos económicos que las desarrolladas, tendrá que maximizar sus capacidades creativas y, tal como alguna vez Tofler dijo, habrá que activar nuestras reacciones neuronales. Dicho de otro modo, si no se cuenta con mucho capital, se debe analizar qué se puede desarrollar con el poco o casi nada de capital con que se cuenta. Debe recordarse, para entender esto, que la mayoría de las empresas que hoy son grandes empresas –incluyendo a multinacionales, entre las que se encuentran todas las grandes cadenas hoteleras actuales– empezaron con casi nada y pudieron lograrlo. Históricamente muchos destinos turísticos se originaron de igual manera, es decir con bajo o nulo presupuesto, y actualmente son destinos de alto reconocimiento en el mercado. Siguiendo el pensamiento de Molina,Latinoamérica,desde su realidad,no puede y no debe marginarse de las tendencias mundiales debido a que en el turismo la globalización es un hecho, y cualquier destino puede o podría estar recibiendo turistas de cualquier lugar del mundo. Por esto, el destino tiene que hacer hincapié en resaltar la autenticidad de los atractivos naturales y culturales, la calidad del encuentro con la población local, despertando el verdadero sentido del lugar pero contribuyendo a generar, a partir de la creatividad, un mayor valor agregado a la oferta turística y tender a incluir productos y servicios posturísticos. En otras palabras, tender a innovar más. La estrategia está en diferenciarse de los megaproductos de los países desarrollados apuntando a pequeños y medianos emprendimientos que ofrezcan un mayor contacto cultural y natural ofreciendo servicios diseñados de alto valor agregado, que no significa descuidar las principales tendencias posturísticas –incorporación tecnológica, alta cualificación e innovación permanente–.
Las empresas posturísticas
Como consecuencia de que en el turismo, como en cualquier otra actividad, las empresas son las que desarrollan y comercializan los productos, éstas deben plantearse también la adopción de una cultura posturística, adaptándose a las nuevas realidades del mercado. En este sentido, resulta imperativo una tendencia cada vez mayor a la innovación, una alta valoración por el conocimiento y la constante investigación y la flexibilización en su funcionamiento organizacional que incluya un clima de cooperación entre los miembros. Las empresas deben centrar todo su accionar en la experiencia que desean tener los turistas –bien diferenciados por segmentos– contribuyendo al desarrollo permanente de nuevos productos y a la mejora continua, pues esta es la razón de su existencia. A continuación se incluye para su análisis comparativo, el cuadro sobre los paradigmas de las empresas industriales y las empresas posindustriales.








Uso de CLASSROOM


       1)Ingresar a  classroom.google.com

Les va a preguntar desde que mail ingresan y uds seleccionan el que tienen en el celular.
O bajar la App desde Google Play

2)Deben ir a ‘APUNTARSE A UNA CLASE’ y poner el código que informa a principio del documento.






 

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